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viernes, 22 de agosto de 2014

DESPEDIDA DEL COCHE CON EL QUE REPARTÍ EJEMPLARES

DESPEDIDA DEL COCHE CON EL QUE REPARTÍ EJEMPLARES

     Hoy he tenido que despedirme del coche con el que repartí tantos ejemplares de mis novelas como la gente quiso comprarme. Incluso, me había atrevido a customizarlo exponiendo publicidad sobre sus puertas al igual que hacen los más reputados fontaneros. Me habría gustado mantenerlo pero, al contrario de lo que creen algunos, esta aventura de la literatura es totalmente deficitaria. Habré ganado -X euros tras dos novelas auto-publicadas, de tal manera que no me ha quedado más remedio que venderlo; y por cuatro duros, ya que el pobre estaba hecho unos zorros. Le arrancarán sus pegatinas, que con tanto entusiamo diseñé, y lo vestirán de calle para que otra persona pueda disfrutarlo sin saber de qué familia viene. A pesar de comprender que solamente es una máquina, no puedo evitar sentir algo de pena, aunque quizás pueda ser por haber visto demasiadas veces "Terminator"; si bien, sé a ciencia cierta que, a diferencia del indestructible robot, mi viejo coche no volverá. Hasta nunca estimado colega. Y que aún te queden muchos viajes, mi gran compañero de trayectos. Te lo digo sinceramente, a pesar de saber que estas palabras no las filtrará tu frío corazón de hierro y gomas.      (21-08-1014, DAO)


lunes, 30 de junio de 2014

Universo La Maga (espacio cultural), hace referencia a mis novelas. Gracias.



   Diego Almansa ha publicado hasta la fecha dos novelas. La primera de ellas es “Larga travesía de un peón de negras”, aparecida en 2008. Es una obra basada en hechos reales, que él mismo definecomo “una gran historia de superación en la línea de El camino de Delibes”. La segunda de sus obras también se originó a partir de datos verídicos, y se titula“Complicaciones de la vida real: más allá de lo absurdo”, y pretende hacer reír a los lectores con una trama protagonizada por un individuo “asqueado con el país en el que vive”. Se define como un ciudadano normal, aficionado a ver las noticias, tomar café, debatir de política, leer novelas “e incluso estar desempleado”, subraya el autor.

 LEE  LA  RESEÑA  COMPLETA  EN:
http://universolamaga.com/blog/diegoalmansa-emergentes/

jueves, 12 de enero de 2012

ARTÍCULO SOBRE LA LECTURA


¿QUÉ  ES  LEER?

   Desgraciadamente, las bibliotecas no paran de afanarse en promover programas de animación a la lectura. Ya sé que se trata de una gran ayuda, pero esto también significa que la citada actividad educativa ha iniciado una peligrosa caída en barrena, al igual que un avión al que le empiezan a fallar los motores.
   ¿Cuánta gente lee en realidad? Os invito a realizar una rápida estadística a ojo avizor entre vuestros conocidos. Yo la he hecho y sólo me salen 3 personas. Y he tenido en cuenta a más de 100. Tan siquiera con mis libros consigo una excepción, tengo a más conocidos que no han mostrado mayor interés (quizás por aquello de que nadie es profeta en su tierra) que los que se han tomado el esfuerzo de leer al menos el primer capítulo de una de mis novelas. Muchos pensarán que estoy exagerando. ¡Qué más quisiera yo! La única explicación que encuentro es que la lectura está dejando de estar de moda.

     La mayoría de la gente dice que lee, pero eso es solamente porque no saben realmente lo que significa leer. La verdadera lectura es, simplemente, una sencilla y gratificante actividad de ocio. Al igual que practicar algún deporte o ir al cine. Por tanto, tengan en cuenta que existen numerosas excepciones donde, aunque uno se encuentra leyendo, no se pueden calificar como lectura. Por ejemplo, cuando leemos un libro de texto, en realidad estamos estudiando y no leyendo; cuando leemos un periódico, estamos informándonos y no leyendo; cuando leemos un libro que nos han mandado en el instituto, estamos haciendo deberes y no leyendo; y cuando repasamos una revista del corazón, estamos cotilleando y no leyendo.
   La gente que lee lo hace exclusivamente por placer. Lo hace para entretenerse, divertirse o sorprenderse. Éste debe de ser el motivo principal. De tal modo que la literatura que satisface la necesidad de leer debe buscar, por encima de todo,  pasar un buen rato y entretener al que coge un libro. Si no me dejo nada en el tintero, los únicos géneros literarios que responden a este patrón son únicamente la poesía, la novela y el teatro (me refiero al leído, pues las representaciones in situ son otra cosa); el ensayo, pese a quien le pese, lo catalogaría como actividad didáctica, aunque a veces no nos enseñe nada en absoluto; sin embargo, su principal objetivo es éste último.
   Recalculando pues la anterior estadística con las debidas correcciones, apuesto a que ya no conocen a tanta gente que lea. Por ello algunos nostálgicos están tratando de salvar a la lectura con los famosos programas de animación, eufemísticamente hablando, pues parece que quieren animar a algo que supone un esfuerzo. Y no debe de ser así. Se deberían llamar, por ejemplo, “programas para compartir el placer de la lectura” o cualquier otra cosa por el estilo. Quizás la gente se percate de los matices y huyan de una actividad de ocio para la que los tienen que animar. ¡Con lo vagos que nos estamos haciendo hoy día!
   De todos modos, dudo que con cambiarle el nombre a estos programas baste para salir de la caída en barrena. La poesía y el teatro ya se han estrellado estrepitosamente. ¿O acaso conocen ustedes a un mínimo de gente que lea "estas extrañas artes del pasado"? Tampoco pretendo culpar a nadie. Supongo que todo es fruto de la evolución del ser humano dentro de las sociedades desarrolladas. Cada vez tenemos más actividades de ocio. Y, de ellas, las basadas por ejemplo en la tecnología, nos están comiendo gran parte del pastel. Lamentablemente, el único sitio donde he visto a la gente leyendo por la calle es cuando estuve en el metro de Madrid. No me cabe duda de que éstos sí que lo hacen por placer, pero es una pena que se estén convirtiendo en una especie en extinción.




Diego Almansa Ortega.