Hola a todos. Me llamo Diego,
soy diplomado en Empresariales y llevo 10 años buscando trabajo. Ni que decir
tiene que, con mis estudios, esto está más difícil que encontrar un cura ninja,
que, aunque ambos llevan trajes parecidos, unos desaparecen tirando una bomba
cuando les pillan in fraganti, y los otros prefieren que les caiga una bomba a
que les pillen in fraganti.
El caso es que por muchas cosas
distintas que he intentado nunca he conseguido un empleo, ni siquiera uno de
enterrador en Navalmoral de la Mata; me lo quitó en última instancia un
licenciado en Medicina. Me dijeron que él al menos se aseguraría de no enterrar
a nadie vivo. Pero no se vayan a creer, yo también poseo un buen currículum.
Tengo un F.P., una diplomatura, habló 4 idiomas: castellano, inglés escrito,
inglés hablado e inglés oído. Lo que ocurre es que nunca he sido capaz de
combinar los tres a la vez, si estoy escuchando lo que me dicen, luego no soy
capaz de responder porque necesito por lo menos 1 minuto para pensar la
traducción de lo que me han dicho, y para entonces ya he perdido el hilo de la
conversación. En cualquier caso, lo de los idiomas no es imprescindible. Hasta
se puede llegar a ser presidente del gobierno sin saber ningún idioma, ¡total,
si los políticos, hablen lo que hablen, después nunca se entienden entre ellos!
Pero bueno, mejor dejemos por
el momento a los políticos, que hablar de este tema me pone más nervioso que a Mick
Jagger después de tomarse 7 cafés. Os sigo contando. También tengo informática
a nivel de usuario, es decir, que cuando se me bloquea el ordenador sigo el
procedimiento técnico habitual: sacudo la pantalla; ¡Que no se arregla…! Pues
le doy al enter y al escape hasta hacer saltar la teclas; y, si tampoco lo
arreglo, ese ya no es mi problema. ¡Vamos, que llamen a Bill Gates, que yo ya más no puedo hacer!
Respecto a la experiencia, yo
creo que tengo la suficiente: una vez rellené la declaración de la renta y me
salió a devolver, y esto es más difícil que a una cajera del DIA se le olvide
cobrarte la bolsa. Bueno, pues incluso con mis estudios, con mi F.P., con los idiomas
y con mis conocimientos de informática, no hay manera de conseguir ni un puesto
de sparring de Chuck Norris.
Mi madre me dice que fallo en
la entrevista; que no visto bien; que con los vaqueros y con la camiseta de Halle Berry en Catwoman no caigo en gracia,
pero yo un día fui con un smoking y un monóculo, y tampoco me dieron en
trabajo, así que no creo que el problema resida en la vestimenta.
Otro de los motivos puede ser
el que dice mi amigo Estanislao. Él opina que la única forma de conseguir un
puesto de trabajo es por enchufe, pero lo he probado y tampoco me ha
funcionado. Hace poco me presenté a una entrevista con 4 bolsas del Carrefour
llenas de enchufes que había comprado en una tienda de montajes eléctricos, nada más llegar se los vacié sobre el
escritorio a un señor muy trajeado que había allí; y, la verdad es que quedó
impresionado, pero me dijo que ni aún con los enchufes daba el perfil. ¡Vamos,
si llego a saber que el trabajo tenía que ver con perfiles, me habría leído
antes la biografía de Alfred Hitchcock! (que se ponía de canto al principio y final
de las pelis y ya le aplaudían los críticos). Y después, ¡claro! Para aprovechar
los enchufes decidí instalarlos en casa. Tocaban a uno por cada 20 cm. de
pared, y, como no traían protector anti-niños, ahora estoy de juicios; se me
han electrocutado el perro y dos sobrinos y
me ha demandado mi cuñado. ¡Eso sí, siempre tengo uno a mano para
recargar el móvil!
Yo ya no sabía qué hacer.
Quizás sea por mi mala suerte; porque he de confesar que tengo un poco de mala
sombra. El otro día me salieron 3 fresas en la máquina tragaperras y, en lugar
de darme premio, tuve que indemnizar al hostelero porque estaban infectadas de
e-coli (la bacteria esa de los pepinos para quien le pille a pie cambiao). Mis
amigos dicen que soy más gafe que si
Jessica Fletcher en “Se ha escrito
un Crimen”, pues fuera donde fuera siempre se cometía un asesinato.
Total, que como no he
encontrado trabajo y ahora el asunto está tan jodido, he decidido intentar
entrar en el mercado laboral como autónomo. Acabo de alquilar un despacho en el
centro de Madrid por 550 euros. Vamos, no es muy grande, tiene 3 metros
cuadrados, lo justo para que me quepa la silla y el escritorio. El único
problema es que cuando quiero mover el flexo tengo que abrir la puerta. Aún
así, he empezado con ánimo. Todas las mañanas me tomo un café mientras me echo
al hombro el sofá-cama de mi casa porque mi madre me ha dicho que me tome un
café bien cargado para empezar con fuerza el día (y yo no soy quién para
contradecirla).
Respecto al negocio que voy a
montar, he escogido un sector vanguardista. Me voy a dedicar a ser asesor
energético, que a los precios que se están poniendo la luz y la gasolina, esta
rama va a ser más rentable que instalar una licorería al lado de la casa de Miguel
Ángel Rodríguez (si hay algún americano en la sala le recomiendo que cambié Miguel
Ángel Rodríguez por Charlie Sheen para entender el chiste). Además, ya tengo
varias ideas de ahorro energético que plantearle al gobierno. Una de ellas la
he pensado especialmente para ahorrar gasolina en los desplazamientos. Se trataría
de instalar en los coches el sistema este de los cochecitos de juguete que los
mueves un poco hacia atrás y salen disparados; pues trasladar esto a un coche
real. Después les das 2 euros a 2 gorrillas para que te impulsen al principio
de la autovía, y ya llegas hasta Navamorcuende sin gastar un duro en gasolina.
El único problema sería que se cabrearían los grandes concesionarios como la Mercedes
o la BMW, porque enseguida les adelantarían como marcas preferidas los Micro
Machine o los Hot Wheels. La gente ya no presumiría de tener un Ferrari,
dirían: “¡Joder, me he comprado un Hot Wheels por 30.000 euros que llega él
solo desde Oviedo hasta Albacete!”.
Otra de mis ideas para el
ahorro energético la he desarrollado en el entorno de nuestro hogar. Me he
basado en la energía eólica, y consistiría en instalar en los alféizares de
nuestras ventanas 10 ó 15 molinillos de estos que venden en la Feria, para que
al menos nos saliese gratis tener luz en casa. ¡Eso sí, las calles iban a
parecer el escenario de Barrio Sésamo!, pero mientras nos aparezcan erizos
gigantes regando macetas o jodiéndole la mañana al panadero no creo que se
quejase nadie.
Y también he pensado en
fabricar electrodomésticos que funcionen por manivela. Sí, sí, como los
organillos madrileños. Pero no pararía aquí la cosa, en lugar de la manivela intentaría
adaptar el sistema a las ruedas estas donde corren los hamsters, de forma que
con 8 ó 9 ratones bien alimentados podrías cubrir incluso el consumo de todos
los aparatos. Lo único es que habría que tener cuidado por si viene el
afilador, pues con el sonido ese suyo de la flauta aplastada: fiiuuu, fiiuuu, lo mismo los ratones lo
confunden con el flautista de Hamelin, se van detrás de él, y te dejan sin poder
ver la tele una semana.
Luego, en cuanto a la energía a
nivel nacional, no entiendo la política que están siguiendo los expertos. Por
ejemplo, están proyectando cementerios nucleares y ningún pueblo los quiere; ¡y
eso que incluso les ofrecen dinero por instalarlos! Yo los instalaría hasta
pagando; ¡si los residuos radioactivos son lo mejor que hay! ¡Son la materia
prima para fabricar superhéroes! Tú te metes en una bañera llena de líquido
verde radioactivo y, aunque no sabes el poder que te va a dar, siempre son
cojonudos: magnetismo, súper fuerza, invisibilidad… ¡Claro pero esto es en
EEUU! Aquí en España un baño radiactivo te podría convertir, por ejemplo, en un
Súper Chapuzas; imaginaos a alguien que te arregle, en un par de horas, la
cisterna del baño, la lavadora y la persiana. Si esto no es ser un superhéroe,
yo ya no entiendo de superhéroes. ¡Vamos! Yo el verano pasado tuve que llamar a
un fontanero, a un electricista y a un persianista, y no lo tuve todo arreglado
hasta la vendimia. ¡Eso sí, ninguno me cobró el IVA! No te cobran el IVA pero
te cobran el desplazamiento; que es más caro que desplazarse en limusina por Suiza.
Por otra parte, también he
pensado en prestar servicios a la gente de a pie. Voy a impartir un curso para
analizar ofertas de supermercado. Hoy en día, esto es un asunto muy importante,
porque no hay Dios que las entienda. Para hacer un pequeño resumen, podríamos
enumerar las siguientes: la oferta del día, el 50%, el 2x1, el 3x2, el 4x3, el
segundo producto a mitad de precio, el “te descontamos el IVA”, los 3 euros de
descuento por cada 40 euros de compra, el “compre 3 y le regalamos otro en su
próxima compra”, el “combine 5 yogures de sabores y páguelos como natural
azucarado”… En fin, un lío. Hoy en día, con todas las ofertas que hay, es más
difícil hacer la lista de la compra que firmar una hipoteca sin que te engañe
el banco. El mes pasado me pasé 3 horas haciéndola para ahorrarme 5 euros, que
luego se me quedaron en 4 tras pagar las bolsas. Claro, después no me dio
tiempo a hacer la comida y tuve que comer en un restaurante donde me soplaron
20 eurazos. Total, que al final perdí 3 horas para gastarme 16 euros de más. Y
me supuso tal esfuerzo mental hacer esta lista de la compra, que por la tarde
estaba tan cansado para jugar a la consola que perdí en la Copa Fifa con el
Albacete en primera ronda.
Y me he reservado para el final
la solución definitiva para acabar con la crisis. En un brote de inspiración he
pensado que deberíamos imitar a los chinos; pero no me refiero a trabajar de
lunes a domingo hasta que den la carta de ajuste, ni tampoco a piratear hasta
las gomas de los calzoncillos, ni en añadir en nuestras peluquerías el servicio
del “final feliz” (bueno, esto quizás sí). Pero no, no; me refiero a copiar su
sistema bancario. Ellos han sacado todo su dinero de los bancos y se realizan
los préstamos entre ellos mismos. De este modo se olvidan de la comisión de
apertura, de subidas de tipos de interés, de domiciliar la nómina, de intereses
por aplazamiento en las compras… Ellos no tienen letra pequeña. Está todo muy
claro: si no lo devuelves te revientan la cabeza y problema resuelto. ¡Pero no
te engañan!, te queda clara la operación. En cambio, con los banqueros no sabes
por dónde te van a salir, son timadores profesionales, son como las pirañas,
pero sin escrúpulos. Y, si os fijáis, ellos tampoco necesitan saber idiomas; no
tenéis más que ver como habla Botín el inglés; ¡Vamos! Que hasta Ana Botella
(la súper mujer de Aznar y por ello también presidenta de Madrid) lo habla
mejor que él. Pero no importa, los banqueros ganan más que todos los que
estamos aquí juntos, al igual que los presidentes de las multinacionales, o los
políticos. Estos últimos, nada más sentarse en el sillón ya empiezan a acumular
cargos, tanto en el ámbito laboral como en el judicial. Y después con 7 años
cotizados ya tienen el 100% de la jubilación, ¡Mirad como para esto sí se ponen
de acuerdo! Yo he llegado a la conclusión de que el problema tiene que estar en
los trajes. Si os dais cuenta, todos los peces gordos llevan traje, y cuanto
más caro y más feo, más capullos son. Por tanto, he deducido que quizás esta
prenda sea como el uniforme negro de Spider Man, que era un simbionte
extraterrestre que sacaba lo peor que había en él. Pues debe de ser algo
parecido, creo que los trajes se apoderan del alma de la gente o algo así.
Mirad sino a Urdangarin, a Bárcenas, a Mario Conde, a Berlusconi…etc, etc, etc,
o a los funerarios, bueno, aunque estos últimos se dedican a hacer su trabajo
mientras que el resto se dedica a hacer lo menos posible.
El caso es que yo ya no me fio
de nadie que lleve traje. Yo los prohibiría, y lo sustituiría por el chándal,
que se encuentra más desprestigiado que la ONU, el FMI, la OECE, o que la
honestidad de Wall Street. Pero el chándal sí que saca lo mejor de nosotros
mismos. Si no, no tenéis más que fijaros en lo bien que lo han hecho en los
últimos años Luis Aragonés y en Vicente del Bosque. Por fin España ganó un
mundial. Lo único malo es que yo hubiera preferido regalárselo a Alemania con
tal de acabar con esta Crisis. Espero que se atraganten con ella todos aquellos
que se están forrando con ella, aunque creo que estos tipo tienen estómago
hasta para digerir un pastel de mierda de una mofeta de Fukushima.
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